En esta fotografía también se aprecian tomates de Bélgica y de Münich a 3,90 € y pepinos beith alfa a 4,90 €.
En la segunda instantánea (PARA VER LA 2ª FOTO VISITA NUESTRO FACEBOOK https://www.facebook.com/pages/Portagrano/513098405445018?fref=ts) del mercado aparece en primer plano una caja de tomates asurcados. No son RAF, pero se paga un precio por ellos similar al mejor RAF, esto es, 11,80 euros/kilogramo. Su origen es italiano, de la isla de Sicilia, pero sus calidades distan mucho de las del tomate tipo marmande que se cultiva en los meses de invierno en la comarca almeriense de Níjar o en la zona de La Cañada-El Alquián. De hecho, algunos de los tomates de la caja de la fotografía (frutos de 4 cm de diámetro) ni siquiera serían comerciales en una subasta almeriense de tomate. Así que en este caso precios y calidades son antagónicos.
Si se hace un recorrido más a fondo por la fotografía también hay tomates tipo corazón de buey a un precio nada desdeñable de 9,80 euros/kilo, San Marzano y liso a 4,80 € y Carmone, de Sicilia, a 9,30 €.
Esta pizarra improvisada de productos (tomate y pepino), perteneciente a un mercado alemán de verano, refleja que el precio del vendedor final es invariable a factores tan determinantes como la calidad. Independientemente de que ésta baje, el precio siempre será elevado. El precio de cara al consumidor, ¿pero qué pasa con el precio que percibe el agricultor?
La organización agraria Coag hace pocos años logró una de sus reivindicaciones históricas. Crear, a través del Ministerio español de Agricultura, un índice que midiera tal diferencial. Ese barómetro se llama IPOD, índice de precios en origen y destino de los alimentos: http://www.coag.org/index.php?s=buscar
Es una información del Portagrano, el vademécum de las semillas hortícolas. Visita nuestra web y descárgate nuestra apliación móvil del Portagrano: http://www.portagrano.net/home/index.html